CLUB DE LECTURA

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¿Y si fuera amor, amor de verdad? Una deliciosa novela sobre el poder del amor

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viernes, 28 de enero de 2011

PROCESO DEL DESAMOR

PROCESO DEL DESAMOR
Resumiéndolo todo, al principio cuando te enamoras el mundo parece perfecto para ti y para todos los seres vivos que habitan el él, sin embargo uno no puede hablar de amor sin ver la otra cara que más conocemos pero que menos mencionamos: el desamor.
Cuando “te roban el corazón” parece que el/la ladrón/a lo guardará cariñosamente junto al suyo propio para toda la eternidad y que ambos seréis felices por siempre. El siguiente poema refleja esta fase.
Corazón enamorado
Ella me tiene loco
Mi corazón atado
Arrancámelo a ella
Por el mío costado.

En un cajón de plata
Ella se lo ha guardado
Corazón ya sin dueño
Corazón enamorado.

Una vez pasada esta fase se llega a una transición en la cual el sujeto solamente piensa en su amado/a y lo único que quiere es declarar su amor a los cuatro vientos (debido a que cree que también le aman).
Tras todos los preparativos el sujeto intenta hablar con su amado/a para decirle lo que siente y padece por todo lo que ama. Este momento corto pero intenso puede marcar su vida, hacerle feliz haciendo que Eros cumpla su deber como dios del amor o simplemente hundirle tanto que ni el propio Hades podría encontrarle en las entrañas del mismísimo infierno.

Ahora supongamos que el sujeto está hundido moralmente (le han rechazado) y ya no quiere compartir nada con nadie, pues tras compartir su amor con el mundo éste se ríe de él en su cara y le atormenta, su mente solamente puede recordar a su amado/a y todo lo relacionado con él/ella le lleva directamente al momento que más temía y que por desgracia ha ocurrido, el rechazo.
A continuación otro poema describe el sentimiento posterior al rechazo:



Alma hundida

Nada brilla en mi corazón
desde que tú te marchaste,
tenía una gran razón
sólo para querer amarte.

Y no quiero seguir viviendo
con mi alma envuelta en soledad
pero sin ver me has avocado
a mi profunda oscuridad.

Y no podré volverme a alzar
ni estar tranquilo así sin más
mi alma no se va a levantar
nunca, nunquísima jamás.

Normalmente el sujeto se olvidará de lo que ha ocurrido y retomará su vida anterior aunque, desgraciadamente, con esa herida que cicatriza lentamente y escuece cual gota de alcohol en una herida abierta, la marca del desamor.
JUAN JESÚS ALCÓN VILLALBA. 4º B (Ganador del Segundo ciclo Febrero 2010)